Su finca, "El Encinar de Ocón”, está situada en el Valle de Ocón (La Rioja). Allí crían a sus cerdos de raza Duroc en total libertad en 100 hectáreas de monte bajo. Los cerdos se alimentan de bellotas del encinar, raíces y plantas, y esta alimentación natural se complementa con cereal 100% ecológico que ellos mismos cultivan en su finca.
“Nuestros animales, principalmente, viven tranquilos. Pretendemos que lo hagan sin estrés y cómodamente, que estén sanos y limpios, en espacios saludables, donde puedan caminar, descansar, comer y hozar. Nuestros cerdos viven limpios, tranquilos y felices. Esto queda muy bucólico pero es real, nos preocupamos mucho por su bienestar, porque creemos firmemente que “somos los que comemos” y esto se refleja en la crianza de los animales.”
Todos sus productos cuentan con certificación ecológica y son más naturales y saludables. Sin ningún tipo de ingredientes artificiales ni aditivos tienen además la total garantía de estar libres de sustancias químicas, hormonas y antibióticos. Se oponen frontalmente a la ganadería industrial, a las condiciones de vida de los animales en estas granjas y a la sobre-medicación de los mismo; se preocupan por cómo esto está repercutiendo en al tierra, contaminando el agua y afectando a la salud de las personas. En contraposición a ese modelo ellos aman su trabajo y el lugar desde donde lo realizan, respetando los tiempos de los procesos y apostando por disfrutar con lo que hacen.
Sin duda todo esto se refleja en sus carnes y embutidos. En su sabor se combina la experiencia familiar, la vocación por aportar algo nuevo y la tranquilidad del entorno donde se crían los cerditos